viernes, 11 de diciembre de 2015

Me enamoré...

Me enamoré...

Me enamoré de la dulzura y la pasión.
Me enamoré del mar y de la arena
me enamoré de las estrellas, de la luna llena
del sol, del canto y el color.

Amé mis noches mas tristes
pero también amé los arco iris
amé todo
y en medio de la nada
supe que así a Dios amaba.

y es que El lo resume todo
El hizo todo cuanto yo amé
el hizo las plantas que dan café
incluso ese olor que yo adoro.

Me enamoré de las flores
de todo lo pequeño
Me enamoré de la vida y lo que hago
de los paisajes, de la brisa
y fui feliz porque El también me amaba.

Amé lo bueno y lo malo
lo triste y oscuro
lo hermoso y lo claro
porque ya no era sensato
un corazón apagado
por el odio y el rencor
de quien nunca ha conocido el amor.

Entonces me amé toda
en medio de mi pequeñez
me amé imperfecta y me amé frágil
como fuerte y valiente pude llegar a ser


Y es que cuando uno ama 
el corazón se repone,
se llena y estalla
de mariposas y confetis
color y aroma se esparce
y el universo cambia.


viernes, 4 de diciembre de 2015

De mi amor inmaduro por la poesía... Un amor que empieza a crecer.

Un día empecé a amar tanto la poesía como amaba la música, el café y la lluvia. Y eso me hizo feliz.
Hoy leyendo cositas de Borges me encontré con esto:

"Una persona lee una poesía, y si es digno de ella, la recibe y la agradece, y siente emoción"

Al cabo de unos segundos me estaban haciendo un regalo especial, el cual me llenó de emoción y agradecí enormemente... Entonces me di cuenta que era digna de ella... La poesía... Y la amé... Aún más.

REGLAS DEL JUEGO PARA LOS HOMBRES QUE QUIEREN AMAR A MUJERES

(Gioconda Belli)



I

El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer la que anida en mí,
la golondrina
transparente de la ternura.

II

El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.

III

El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV

El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V

El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca para descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI

El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII

Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si necesario.

VIII

El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX

El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza pública llena de multitudes
Podra gritar —te quiero—
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X

El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
separados
como seres de distinta estatura

XI

El amor de mi hombre
no querrá rotularme o etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

De esas conversaciones que uno a veces tiene...

-Que linda estás!!
-En serio?
-Si, eres hermosa!
-Que triste :(
-Estas loca?
-No. Realmente ahora estoy mas cuerda que nunca. Yo quiero ser más que hermosa. Y es que ser linda no me sirve para nada. Yo no quiero ser sólo eso, quiero llenar tu vida, ser complemento, hablar, discutir, ser alguien que piensa y pensar contigo, filosofar sobre la vida. Ser bonita no significa nada para mi y mucho menos para ti. Me limita. O es que acaso soy solo eso? Yo quiero ser mas que una cara, un cuerpo o una foto. Quiero ser arte, quiero ser música y también ciencia. Ser bonita no lo es todo y eso me lo dicen hasta en la calle, y tu... Yo de ti quiero mas que cualquier cosa que pueda encontrar en la calle. Así que por favor, no vuelvas a decirme eso a menos que quieras que deje de amarte.

martes, 1 de diciembre de 2015

Para ti que llegaste cuando no buscaba nada

Una nota (por ahí del 2007) fresca como yo, así como salió, sin filtro... 
A decir verdad, llegaste precisamente de la forma en que me encantan los encuentros: sutiles, desprevenidos, casuales y espontáneos. Soy de ese tipo de mujer que huye cuando nota intenciones de seducción, ¿qué vamos a hacer? Así soy yo, y no es normal, pero no me gusta sentir presiones de ningún tipo, incluso en las relaciones sociales. Detesto los cumplidos de buenas a primeras porque me generan desconfianza y cualquier tipo de conquista demasiado obvia me resulta incómoda. Me considero absolutamente demisexual (es mi nueva palabra, que descubrí hace poco y con la cual me siento plenamente identificada), por lo que de entrada necesito generar una conexión emocional muy fuerte para poder sentir atracción, es decir, necesito tiempo y charla, pero no es posible conquistarme con parlita barata. 
Cuando llegaste no existía ninguna razón de fundamento para que tú, un tipo serio y enfocado cruzara letras con una loca histérica como yo. No había razones para que yo te hablara, porque sencillamente no le gasto tiempo a mucha gente; sin embargo así son las cosas de la vida y algo en ti  resultaba entretenido para mí. No eras un tipo corriente, por lo menos yo te veía así. Todo empezó con conversaciones esporádicas, que nos fueron acercando en medio de la distancia. De repente un día te pensé y mágicamente apareciste detrás de mí pantalla como si te hubiera llamado en voz alta. Estabas aquí y nos vimos. De lejitos y sin protocolos. Casual, como todo lo mío. No me gustan las citas y esta no era una de ellas. Debo confesar que ese día no pude dejar de mirarte y escucharte. Algo dentro de mí se movió, aunque yo tratara de engañar a mi mente diciéndole que todo se debía a una simple admiración. Desde ese día me dediqué a callar esa voz que viene del hipotálamo que te dice: "ámalo".
Prometimos hablar más seguido y conocernos, y tú prometiste regresar. Puedo jurar que yo no buscaba nada en nadie. Había decidido tomarme un tiempo a solas, y créeme, tú llegaste cuando yo aún estaba enamorada de ese tiempo. No deseaba estar con alguien, tener algún vínculo o enredarme la vida en una nueva relación, pero aun así empecé a seguirte la corriente y eso me gustaba; ya tú me gustabas, era evidente y mi cabeza lo asumió con naturalidad. No esperaba darle nombre a esto pues creo que todo toma tiempo, así que confié porque te sentí sincero, con un interés especialmente único en conocer a la persona que estaba detrás de una conversación, sin deseos ni exigencias. Te creí con ganas de explorar y encontrar alguien con quien compartir. Yo, en medio de mis traumas y mi razón no pude evitar psicoanalizarte y por algún par de cosas que dejaste escapar y algo de tu historia pensé que debía parar y empezar a reprimir. Pero de eso ya estaba cansada. Yo quería ser libre, sentir de manera libre y de alguna forma creía que eras el indicado para hacerlo. Con tranquilidad y sin afanes yo intentaba ser tu amiga muy a pesar de lo que me hacías sentir; trataba de no involucrarme, pero contigo era imposible. Ver un mensaje en mi pantallita me generaba arritmias de todo tipo y las veces que escuché tu voz sentí que mi circulación cerebral se detenía. Me encantaba sentirte tan presente en mi día completo. Despertarme y encontrar un "buenos días linda!" o preguntas tan sencillas como "¿qué desayunaste?". Quedarme dormida en medio de una conversación contigo era algo extraordinario. Sin embargo, yo quería ir despacio a pesar de toda la explosión de sentimientos que se asomaban por la ventana. Un día ya no pude resistirme y empecé a darle rienda suelta a mis emociones. Bloqueé cualquier razonamiento que me impidiera sentir con tranquilidad. Empecé a extrañarte y a hacerte parte de mi vida. Hablábamos de todo un poco y en algún momento las cosas subieron de tono porque tú empezaste a ser más directo. Me extrañabas, me pensabas, tenías ganas de verme y yo también. Empecé a sentir que iba de la mano de alguien con quien nada malo iba a ocurrir...
¿Qué pasó? no sé. Un día te fuiste, así como llegaste: de la nada y en silencio. Yo odio la forma en que te fuiste porque odio los silencios, pero a veces los silencios lo dicen todo. Supongo que tenemos derecho a cambiar de opinión, de gustos, o de parecer. Tenemos derecho a equivocarnos, y ese mismo derecho que hiciste efectivo para alejarte lo tengo yo para justificar mi confusión. Confundí todo y al final todo se fue a la mierda. Me estrellé, y de la forma más pendeja. Dolió, y si hoy en día soy más fuerte y me repongo rápido y sin drama, debo confesar que dolió y mucho. No puedo pretender una explicación porque simplemente hay cosas que no tienen explicación o tal vez la explicación duela más, y en ese caso agradezco tu consideración. Nunca tuvimos nada en común, ahora tenemos en común el recuerdo de una experiencia sin importancia. Nunca nos dijimos te quiero... pero yo ya empezaba a hacerlo... Ahora solo te veo y finjo que nada pasó y que nada me importa. Y ya, solo eso.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

El milagro del amor (parte I)

“De la forma en que lo entiendo, todos consiguen un milagro. Como por ejemplo; probablemente nunca seré alcanzado por un relámpago, o ganaré un Premio Nobel, o me convertiré en dictador de una pequeña nación en las Islas del Pacífico, o contraeré cáncer terminal de oído, o entraré en combustión espontánea. Pero si consideras todas las cosas desagradables juntas, al menos una de ellas probablemente le ocurrirá a cualquiera de nosotros. Podría haber visto lluvias de ranas. Podría haber puesto mis pies en Marte. Podría haber sido tragado por una ballena. Podría haberme casado con la reina de Inglaterra o sobrevivido meses en el océano. Pero mi milagro era diferente. Mi milagro es este: De entre todas las casas, de todas las subdivisiones de toda florida, terminé viviendo en la puerta de al lado de Margo Roth Spiegelman.” Jhon Green, Paper towns


Hoy recuerdo un poco mas de 4 años atrás y algunos meses; llegó el momento mas esperado después de tantas semanas. Nació un niño hermoso, pequeñito y frágil. Recuerdo que no eran tan lindo como lo había imaginado realmente, pero él era la razón de mi vida, mi deseo más grande, el regalo mas esperado y mi verdadera realización. Las cosas no transcurrían de manera normal puesto que a pesar de tan larga espera, aun no estaba preparada para su llegada. Un día cualquiera en un examen de rutina, al parecer mi pequeño ya daba indicios de querer venir a conocer el mundo, por lo que tuve que ser hospitalizada y de manera tal vez muy providencial, Dios escogió ángeles y los dispuso de tal forma, que todo en el nacimiento de Pablo tuviera un sentido especial. Él definitivamente  se resistía a quedarse en la cunita donde había permanecido 36 semanas, y yo, a pesar de no ser el tiempo adecuado, deseaba con ansias que llegara pronto. Nació, y cuando lo vi sentí la emoción mas grande que he podido experimentar en toda mi vida. Recuerdo que no lo escuché llorar, pero confiaba tanto en que todo estaría bien y mantuve la calma. Tuvo que permanecer en una cunita con oxígeno, dado que nació  con APGAR bajo (es una medida de bienestar fetal), y tuvo que ser estimulado para que pudiera respirar. Aún así, permanecía tranquila, pues en mi práctica diaria eran frecuentes casos así que salían adelante en solo un chance. Pablo nació a las 6:00 am. A las 8:00 am me informaron que persistía con dificultad respiratoria y que debían ingresarlo a cuidados intensivos neonatales (UCIN) para darle apoyo con oxígeno y vigilarlo de manera estricta. Mi esperanza aún no se perdía. A la 1:00 pm Pablo tuvo que ser intubado, ya que sus pulmones estaban fallando. Recuerdo que lloré, me desesperé, grité, porque no podía entender cómo mi hijo, que aparentemente había llevado una vida in útero hasta entonces normal, tuviera que sufrir tanto al salir. 
Hasta ese momento solo quedaba esperar, y tratar su caso como una enfermedad de membrana hialina, frecuente en prematuros, aunque nosotros pensáramos que sus pulmoncitos ya estaban maduros. Recuerdo que ese día no pude bajar a visitarlo, porque el dolor de mi corazón, quizá mas fuerte que el de mi herida, no me permitió bajar. Sentía miedo de verlo y enamorarme de nuevo, porque sentía que iba a perderlo en cualquier momento. Toda la ilusión de tenerlo conmigo se iba desvaneciendo. 
Otra situación empezaba a surgir. Los riñones también empezaron a fallar. Pablo con ventilación mecánica por la falla respiratoria entró en falla renal. Sus pruebas renales cada vez estaban mas alteradas y los productos de desecho que se supone eliminan nuestros riñones estaban cada vez mas elevados, lo cual se traducía en daño cardíaco si no se lograba corregir a tiempo. Mi esperanza estaba a punto de perderse o tal vez perdida. No entendía nada, es decir, como médico era suficiente entrar a la sala y ver los parámetros del ventilador y verlo a él para entender lo delicado que estaba, pero no podía entender ese ¿porqué a mi? que todos queremos entender. De repente mi mamá me animaba y me hablaba con tal propiedad que  nuevamente me dejaba descansar totalmente en Dios y confiar solo en El. Parte de la solución al problema era realizar diálisis, pero no fue posible porque simplemente no funcionó; el catéter se tapó y no se pudo realizar. Yo agonizaba con mi hijo. El día 3 surgió una esperanza. Un medicamento que podría solucionar mientras era posible colocar el catéter de diálisis y que este funcionara. Entonces es cuando nuevamente te das cuenta que Dios siempre envía ángeles y todo en la vida sucede por alguna razón. Recordé ese personaje que todos tenemos, el novio de la amiga de una amiga? bueno, ese! Ese Novio de la amiga de una amiga era dueño de una cadena de farmacias. Lo llamamos. En primera instancia me dijo: No tengo, está agotada. Sentí morir. Era mi última esperanza. De repente suena el teléfono de nuevo y era él: Tenía una sola. La última que le había quedado. 
Una vez instaurado el tratamiento solo nos quedaba esperar. Iba todos los días a la clínica, en la mañana y en la tarde, y me volvía un mar de lágrimas al entrar y ponerme en frente de su cunita. Verlo tan delicado, completamente edematizado (hinchado por la retención de líquidos), invadido completamente. Recuerdo que no sabiendo que más hacer empecé a cantarle. Le cantaba canciones al Espiritu Santo. Le cantaba a Dios para sentir que me escuchaba. Esas fueron sus primeras canciones de cuna. 
Un día vimos por fin una luz de esperanza. Los riñones de Pablo empezaron a funcionar y sus pruebas renales empezaron a normalizarse. Sentí una explosión en mi corazón, sin embargo no dejaba de pensar en todas las secuelas que se originaron de todo este evento y me atemorizaba muchísimo pensar en que quizá sería un niño con  muchas dificultades, incluso que no pudiera caminar, ni tuviera un desarrollo neurológico normal.
Una vez superada la falla renal entonces esperamos que los pulmones funcionaran, pero nada. Cada día que llegaba y me ponía de pie frente a su cunita, no veía mejoría, a pesar de que estaba completamente segura que estaba bajo el mejor tratamiento que podía recibir y que todos los esfuerzos del personal médico, enfermeras, auxiliares, fisioterapeutas y nutricionistas de la UCI estaban en su máxima potencia. Esa fue una de las muestras mas grandes del amor de Dios a través de mis compañeros de trabajo. A pesar de que yo había planeado tener a mi hijo en otra clínica, con otro personal, Dios lo llevó allí, donde debía estar. Y esta gente maravillosa fue clave en este milagro, además de ser testigos. 
Pablo no mejoraba y cada vez dependía mas del oxigeno y del ventilador.
Me aferré con toda las fuerzas de mi vida al único ser que es dueño de todo, y que como buen padre, tiene un corazón gigante: Dios. Viví experiencias espirituales que me llenaban de fé y esperanza. Sin embargo Pablo no mejoraba. Un día entró en paro respiratorio. Tuvieron que reanimarlo de manera prolongada, lo cual no era alentador para su futuro neurológico y su desarrollo. Pero así como cuando está mas oscuro, va a amanecer, así Pablo empezó a mejorar. El día 12 de estancia en UCIN lo desconectaron del ventilador. Respondió bien y fue mejorando muy lentamente, delicado aun, con posibilidades de recaer, pero salió adelante. El 24 de marzo de 2011, 12 días después de haber nacido, para mi corazón, Pablo volvió a nacer.  
Durante la estancia de Pablo en UCIN, viví una de las experiencias mas amargas de mi vida, pero a su vez una de las mas enriquecedoras. Estuve sentada al lado de padres que perdieron a sus hijos, padres de niños con enfermedades graves, con secuelas delicadas, padres que en medio de dificultades económicas recibían niños que ameritaban tratamientos costosos que no tenían como costear.  Me di cuenta que a pesar de mi rebeldía Dios siempre ubica las cosas de acuerdo a su voluntad y por una razón que muchas veces solo Él conoce. Aprendí que la voluntad de Dios no es la muerte, es la vida. Aprendí a sentir el dolor ajeno. Aprendí que Dios no nos da mas de lo que no somos capaces de llevar.
El día 17 de estancia en UCIN pude tener a Pablo por primera vez en mis brazos. Me daba miedo. Terror. Me sentía incapaz. Lo veía tan frágil y pequeñito. Valoré lo que era cargar por primera vez. Muchas madres tienen la oportunidad de cargar a sus hijos recien nacen; Yo tuve que esperar 17 días, sin saber si lo lograría.
El día 19 de estancia hospitalaria, Pablo es dado de alta. 
Cuando llegó a casa, montamos una UCI en el cuarto. Las restricciones eran exageradas para cualquiera. Pablo se ahogaba con el tetero porque aún tenia rezagos de la mala respiración, su pechito se hundía muchísimo y daba miedo verlo respirar. Viví mucho tiempo angustiada pensando en cómo seria su desarrollo. Vivía, como médico, con la incertidumbre de su neurodesarrollo, y como mamá y creyente, sentía en mi corazón la seguridad de que Dios lo había salvado porque tenía un propósito muy especial en su vida. (Siguiente historia)
Pablo vivió 14 días con pronóstico reservado, sin embargo, Dios no se reservó el milagro y hoy en día  veo un milagro que crece y crece, y forma parte de lo que he llamado un "milagro bomba", un milagro en expansión, un milagro que le ha dado sentido y a la vez un giro a mi vida. Veo un milagro que no acaba. Un milagro que me ha hecho entender muchas cosas que antes no entendía. De ese milagro nos quedaron dos cicatrices en su barriguita, que yo me atreví a llamar Jesus y Maria, para que nunca olvidemos que Dios siempre estuvo ahí a nuestro lado. 

Hoy en día se, que todo era necesario, los sufrimientos incluso, para que se gestara el gran Milagro de la vida, y si yo creía que el milagro era solo haber salvado a mi hijo, estaba totalmente equivocada.

¿Cual es tu milagro?

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Un cuento en la historia

Quise compartir este escrito aquí porque hace parte de mi historia. Lo dejé tal cual como lo publiqué la primera vez en otro blog en el 2008, sin correcciones, incluyendo las ortográficas y de redacción. Está tal cual. Fué lo segundo que me animé a escribir un día cualquiera, cuando en una clase de Cirugía Plástica, un gran Profesor y Cirujano nos animó a escribir "algo que no fuera medicina". Fué esa persona quien desató ese gusto escondido por escribir. 
Me gusta porque en cierto modo creo que lleva gran parte de mi y de como me sentía en ese momento (sin narcisismos). Digamos que de una forma metafórica lleva incrustadas algunas cosillas de la realidad. Creo que en cada cosa que hacemos lo plasmamos no creen?
No es el estilo que conservé para seguir escribiendo. Yo soy mas fresca y menos rebuscada, mas real y menos imaginaria, eso sí un poco cursi, pero era una tarea y debía cumplirla, así que me esforcé.
Aquí les dejo el primer y único cuento que he podido crear...

Un cuento de Nagas

Me despierto del que al parecer ha sido un extenso sueño. Puedo abrir mis ojos y contemplar maravillada la belleza de mi entorno. Miro de un lado a otro, arriba, abajo, todo lo observo, entre aturdida y encantada. Me percato de mi figura y noto la presencia de una única y extensa extremidad revestida de pequeñas pero suntuosas escamas doradas. Es elegante y hermosa y la puedo sacudir de un lado a otro, es mas, puedo nadar de un lado a otro usando mi espectacular e innovador accesorio. Avanzo un poco más y puedo contemplar mi hermoso vientre, por cierto muy femenino, y esa línea divisoria entre mi naturaleza humana y divina. Continúo mirando fijamente mi ombligo, un agujero pequeño y poco profundo; puedo sentir la suavidad de mi piel en ese lugar y recorro lentamente cada parte de mi tronco, advirtiendo la estrechez de mi cintura, lo abultado de mis pechos, mi cuello fino y alargado, que le da un toque de elegancia a mi estilo. Advierto el reflejo de mi rostro en el agua y con gran admiración noto la perfección de mis rasgos, unos ojos grandes de un color indescifrable, profundo, luminiscentes, como si ardieran desde el interior; pareciera que puedo verme a través de ellos. Es placentero descubrir tanta delicadeza junta, y continúo detallando cada uno de mis rasgos por separado, hasta llegar a mis labios, mis suaves, tiernos y a la vez incitantes labios rojos intenso, carnudos, con la frescura de los petalillos de una rosa que apenas empieza a existir; me sonrío y veo mis dientes que son como perlitas plantadas de modo organizado perfectamente armónico. Mis cabellos negros, lacios y largos cubren mis pechos y llegan hasta mi cintura. Miro también mis manos, finas y delicadas, mis dedos largos y delgados, parecen frágiles, pero actúan con elegancia y exactitud. No ha pasado más de un minuto luego de mi despertar y ya estoy extasiada con mi propia hermosura; no acabo de fascinarme cuando comprendo la finura y exquisitez con la que fui creada. Y no es necesario mirarme para estar al tanto pues todo mi entorno se ha dado a la tarea de revelármelo; la naturaleza y la magia me rinden homenaje y son ellos quienes se encargan de ensalzar mi beldad. Me levanto de mi aposento, y doy vueltas entre retozando y bailando, y es entonces cuando al modular mis labios me doy cuenta de un sonido que nace dentro de mi, se llama voz y los humanos lo utilizan para comunicarse; puedo cantar siguiendo el sonido del viento. Mi voz es tan suave y melodiosa que ya algunos intrusos se han acercado detrás de los arbustos solo para deleitarse.
No muy lejos de mi, detrás de un conglomerado de rocas puedo divisar un intruso. Es quizás el humano más apuesto que he visto; es tan blanco que casi puede cegar con el reflejo del sol, sus cabellos negros, un poco alborotados y sus labios, pequeñitos y delgados, me llaman poderosamente la atención. Mi curiosidad va más allá. Quiero saber quien es, como se llama, donde vive, a que reino pertenece, quiero acercarme y solo tocarlo, solo me conformo con eso pero al pretender hacerlo su figura ha desaparecido. ¿A dónde se ha ido? Me apresuro y corro torpemente hacia el lugar de mi objetivo y entonces me doy cuenta que ahora porto un par de piernas humanas; me entretengo ante mi nuevo descubrimiento y al volver la mirada trato de buscar a mi intruso entre los arbustos y no encuentro más que la ausencia que ha dejado su rastro. ¿Fue acaso una ilusión o una simulación de mis pensamientos?
He regresado a la laguna. Un aire de incertidumbre me embarga, una extraña sensación de soledad inminente, un vacío, algo que nunca había experimentado. Recuerdo aquella imagen fabulosa, fantástica, quizás producto de mi imaginación y en un intento por subsistir en lo atormentador de mis pensamientos comienzo a fantasear. Imagino a aquel intruso llegar de entre las rocas y con un aire de imponencia, se acerca y toma una de mis manos entre las suyas y simplemente el silencio que antes parecía incomodo, es ahora la mejor música de fondo para el momento. Cierro los ojos y siento como sus labios, pequeños y definidos se acercan, tanto que ya puedo sentir su respiración. Solo un milímetro mas y ya puedo sentir como esa dulce boca, antes inverosímil, rosa dócilmente la mía para completar el extasío del cual ya había empezado a ser presa. Con mis ojos cerrados aún, empiezo a acariciar su pecho solo para confirmar su apariencia varonil, sus pezones erectos por el placer que le engendra mi proximidad se enardecen por el deleite y el encanto.
Una vez me encuentro en mi mayor punto de sensibilidad abro los ojos y veo como el cielo se ha teñido de azul intenso por el retornar de la noche.
Fue un día corto pero placentero, ficticio pero a la vez real, perfecto pero a la vez solitario. Entonces recapacito y me pregunto ¿A dónde se han ido todos? Y es en aquel momento en el que comienzo a recordar, quien soy, de donde vengo, a donde pertenezco y cual es la atroz realidad a la que estoy sometida. Castigada por mi injuria, soy la Naga mas hermosa de la laguna, que ahora se ha convertido en pantano; soy capaz de aniquilar a cualquier intrépido enamoradizo que se acerque con solo utilizar mis encantos, no poseo armas mortales ni venenos letales, y mi cola no es tan fuerte como para constreñir a mis presas, solo mi hermosura es la carnada perfecta para atrapar a mis victimas y es suficiente una mirada seductora para provocar un efecto de parálisis total hasta inducir la muerte.
Pero soy simplemente diferente, mi nobleza a pesar de mi naturaleza perversa y mi perfección física han provocado la envidia de todas las Nagas del reino. Me han convertido en su prisionera y me han hurtado el control de mi magia. Ahora solo de manera involuntaria ataco a cuanto intruso se me acerca utilizando el poder que se me ha dado y sufro por no poder hacer nada al respecto.

¿Por qué un novio para mamá?

Esta historia empezó hace un tiempo atrás. Algunas cosas, en este blog plasmadas, fueron escritas en otro tiempo, bajo otros sentimientos, otras son actuales y reales y otras fruto de mi fiel imaginación. No soy escritora. Todo esto se escribe como fluye, sin intenciones mas allá que distraer y tal vez inspirar a quien se identifique con la historia, pues si a partir de un evento verdaderamente doloroso yo pude elegir construir un castillo, es posible que alguien mas así lo haga.
Un novio para mamá nació cuando mi hijo mayor tenía 3 años. Acababa de separarme de quien fué mi esposo durante 4 años y me encontraba realmente hecha un desastre (el desastre era completo: por fuera y por dentro). Inocentemente me miró y me dijo: -Mami, quiero que tengas un novio. Fue lo único que dijo. No fue más. Increible no?  Un niño de 3 años pudo con una simple frase aparentemente carente de contexto llevarme a una reflexión que cambiaría mi vida por completo. Tener un novio quizá estaba relacionado con la felicidad, con sonreir, con verse bonita, con arreglarse, con tener una meta y un propósito. Sí los tenía. Pero habían estado amarrados a alguien y en algún momento por estar pegada al poste simplemente solté los globos de mis sueños. Ya no era tan feliz. Poco sonreía. Amaba cantar y justo en 4 años no lo había hecho, precisamente porque aquel a quien yo decía amar un día me cortó las alas y la inspiración.
Pero la historia no se quedó ahí. Un novio era el inicio de un nuevo amor. Un amor que durara para siempre. Un amor que aguantara los ires y venires de la gente. Un novio era un amor de mi para mi. Hacerme mas fuerte. Hacerme compañía, dedicarme tardes enteras. Inventar planes conmigo. Y si el amor de otro hombre tocase  mi puerta algún día yo estaría lo suficientemente fuerte para no derrumbarme de nuevo.
Un novio para mamá es muchas cosas. Son historias. Son palabras. A veces al amor propio, a veces al amor de Dios, a veces al amor de un hombre. Casi siempre girando en torno al amor. Tal vez algunos días le escriba a la histeria o a la tristeza, no se, tal vez. Lo importante es que sepas que no necesitas un novio para ser feliz, es decir, no necesitas a nadie, solo necesitas estar viva y consciente, amarte de principio a fín.

Sunshine se volvió loca... No mentiras, ella ya lo era!!

Soy una mezcla de esas cosas entre dulces y a veces ácidas; es decir, a veces amor y a veces histeria. Ese tipo de personas que no tienen clasificación y definitivamente no quepo en una definición. Una cosa extraña y difícil de explicar. Esa soy yo. A veces amor, a veces ternura, a veces pasión y a veces... bueno a veces sale esa parte de mi que yo misma detesto. Pero bueno, así soy. No un pedazo de mujer pues soy completa. Imperfecta, pero eso me hace perfecta. Sutil y en ocasiones intensa. No tengo cosas preferidas: un color, un olor, un equipo, un libro, un grupo de música, un cantante, o un estilo; podría perfectamente escuchar guns n' and roses y de repente una canción de Fonseca, O tal vez Cerati y luego sonora matancera. Puedo usar tacones un día y ser la mata del glamour, y al otro día usar mochila con tenis y jeans rotos. Mi color preferido no existe porque todo es circunstancial. Amo el olor del café en las mañanas tanto como amo el olor a nalguitas de bebé recien lavadas. Soy de sentimientos puros, sin engaños, y si en mi corazón no cabe el odio, es porque la mentira no entra. He amado infinitas veces, y he caido unas cuantas mas; me he levantado y he caminado de nuevo. He perdonado. He prometido y no he cumplido, sobretodo cuando me he prometido no amar de nuevo. Soy de palabras sencillas y espontaneas  pues no me gustan la palabrería ni los rodeos.  No tengo muchas pasiones, pero el día que la encuentro me enloquezco... y es que yo no soy muy normal; tengo trastornos, obsesiones, manías y cuando soy cuerda nadie lo creería. Tengo miedos, tengo reacciones, tengo sueños, tengo de todo guardado bien adentro. Hago silencios cuando son pertinentes y hablo de más cuando hay poca gente. Tengo ganas de cambiar el mundo y he empezado a cambiar el mio... Escribo porque no todo el tiempo puedo hablar y por defecto no puedo quedarme callada.